segunda-feira, 7 de janeiro de 2008

UMA CHILENA DE VISITA AO FAIAL E PICO



Islas Azores: mundos lejanos

"En una oportunidad leí que las Islas Azores eran la representación material de la existencia de la Atlántida, y aunque el texto carecía de cualquier rigor científico, un sector desconocido de mi disco duro archivó ese dato y cada cierto tiempo me lo recordaba.Aunque desde Chile se veía como un destino lejano, desde Lisboa, la cosa cambió y pasó a ser un destino posible.
Aunque agosto corresponde a la temporada alta y es difícil encontrar vuelos logré hacerme de un paquete de 4 días en la Isla Faial, incluyendo avión y hotel por 600 euros.El Archipiélago de Las Azores queda en pleno Océano Atlántico, entre América del Norte y Europa y a unos mil 500 kilómetros de Lisboa.El azor, un ave de rapiña da nombre al archipiélago formado por nueves islas de origen volcánico, Terceira, Graciosa, San Jorge Pico y Faial, que conforman el grupo central, San Miguel y Santa María el grupo oriental y Flores y Corvo el grupo occidental.Yo decidí partir por Faial.
¿Porqué Faial? Porque leí en una oportunidad un libro de Antonio Tabucchi, que hablaba de Porto Pim y además porque esta isla es conocida como la isla azul, por la cantidad de hortensias azules que tiene y por último porqué quería conocer el mítico “Peter`s Café”.Faial no defraudó mis expectativas. Ya la llegada al Aeropuerto Castelo Branco, después de dos horas de vuelo desde Lisboa, resultó encantadora, allí mismo en el aeropuerto estaban las famosas hortensias, mientras que la vecina isla de Pico, con el volcán del mismo nombre nos ofrecía una imagen impresionante.Las islas más pobladas son San Miguel con 130 mil habitantes y Terceira con 55 mil, mientras que Faial y Pico bordean los 15 mil habitantes cada una.En esta ocasión solo pude visitar estas dos últimas islas y dejé las siete restantes para un nuevo viaje, siempre es bueno para un viajero, dejar objetivos pendientes, así el regreso está asegurado.Faial, puede dar mucho de sí, tiene una buena oferta hotelera, y también residenciales más económicas. Su capital, Horta, muestra, además de su impresionante marina, llena de yates de los lugares más alejados, una gran riqueza monumental y Porto Pim, a diferencia de lo que yo había imaginado, no era un puerto, sino una pequeña playa a la que se puede ir caminando desde el centro de Horta.Sus aguas son tibias y sin olas, y usted puede permanecer en ellas, hasta la impresionante puesta de sol. A esa hora el aire empieza a enfriar un poco, a lo que se puede hacer frente con una copita de vino dulce de Porto u oporto como es conocido en América Latina.
Mi segundo día en Horta lo uso para cruzar el canal que separa Faial de Pico, luego de media hora de navegación en el navío “Cruceiro do Canal”, (cerca de 5 y euros ida y vuelta) estamos ya en la isla de Pico y su imponente volcán.Sin plan preciso me dispongo a recorrer las callejuelas de esta isla y sus hermosas casas llenas de hortensias. Mientras observo una en la que en el jardín hay plantadas hortalizas, sale su propietario y me invita a pasar para conocer su jardín interior, donde ha plantado tomates y lechugas.Sin prisa, me cuenta su vida en la isla y cuando ya me despido, llega su padre que había ido a buscar una nieta que venía llegando de Estados Unidos de vacaciones.La chica que viene de Boston, me cuenta que en esa ciudad hay muchísimos azoreanos. Esto porque más de la mitad de la población de residentes azoreanos emigró la mayor parte a Estados Unidos, vestigio de la época de la caza de la ballena y el resto al sur de Brasil, se instalaron en los estados de Río Grande, Santa Catarina y Paraná precisamente para vivir en ciudades cerca del mar, ya que como buenos isleños, deben respirar aire de mar.Bueno, así como este vecino de Pico son los azoreanos: cordiales, hospitalarios y amistosos, no dudan en perder un par de horas en explicar a una viajera chilena, los altibajos de la vida en las islas.A diferencia de Faial, en Pico hay pocas playas de arena, por lo que se han construido unas especie de plataformas de hormigón con escaleras que dan al océano y que resultan, muy cómodas para asolearse y bañarse.Mientras sigo recorriendo las calles de Pico me topo con una procesión católica. Acompaño a su banda de música hasta la iglesia matriz y observo la profunda religiosidad de sus habitantes.Ya pasan las 2 de la tarde y es hora de buscar un sitio para almorzar. Restaurantes de orilla de costa ofrecen especialidades marinas y con platos típicos como las sopas do Espiritú Santo y cerdo preparado de diversas formas, con dulces tradicionales y vino azoreano. (Por 15 euros se puede cenar con vino y postre)Aunque las islas tienen origen volcánico, las vides crecen entremedio de las rocas de lava, al igual que las hortensias, la naturaleza da aquí una muestras al hombre, que aún bajo las condiciones más extremas, la vida puede surgir año a año.
El regreso a Faial como a las 5 de la tarde nos permite un nuevo baño en Porto Pim y un ascenso hasta el Monte da Guía, desde donde se ven construcciones vinculadas a la caza de la ballena y se puede observar una impresionante vista sobre Horta y Porto Pim.El tercer día esta destinado a recorrer Faial en toda su circunferencia. Para lo cual se hace necesario alquilar un pequeño auto por 35 euros diario. El viaje con partida y destino en Horta demanda unos 90 kilómetros y parte en el miradouro de Espalamaca, siguiendo hasta la playa de Almoxarife, Ribeirinha, Salao, Ribeira Funda, hasta Praia do Norte, donde no pude bañarme ya que había unas faenas, al parecer por el encallamiento de un navío.La circunvalación a la isla continúa hasta Ponta dos Capelinhos, Capelo, Ponta de Varadouro, Castelo Branco, Feteira e Horta.El regreso, permite una última vista de la puesta de sol en Porto Pim, (ya se ha hecho tradición) y un vinito de Porto.En nuestros tres primeros días en Faial no fue posible tomar café en Peter, ya que el café permanece lleno todo el día, por lo que se impone madrugar y llegar antes que todas sus mesas están ocupadas por los madrugadores hombres de mar que van allí en busca de un reponedor desayuno.
Bueno Peter, merece un apunte especial, en realidad su café se llama “Sport”, pero todo el mundo lo conoce como el café de Peter. Fue inaugurado para Navidad de 1918, y al poco tiempo se transformó en el favorito de marineros y navegantes que dejaron por allí sus banderines como recuerdo.Desde el año 1975 con José "Peter" Azevedo ", quien condujo el timón hasta hace poco tiempo, en que ya no acompaña a sus seguidores, el café ha consolidado su posición como el café más famoso del Atlántico, con su Museo de Sccrimshaw, una tienda de ropa. con una línea destinada a la protección de la ballena, un cyber café y una agencia de avistamiento de cetáceos y golfinhos, el Café Sport, es una institución imperdible en Horta. No se desanimen si nunca encuentran mesa, hay que madrugar, el café abre a las 8 de la mañana y hay que ganarle el quien vive al resto.Los cuatro días pasaron volando, una última miradita a la hermosa playa de Porto Pim y a alimentar la esperanza que algún día volveremos y veremos las 7 islas restantes. Hay que venir en junio, es más barato y hay más hortensias azules en flor."

Maria Eugenia, in

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